Manuel de Falla en el olvido

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Cádiz se muere. Esto lo llevamos escuchando desde hace mucho tiempo. Golpean el desempleo, la infravivienda, los desahucios. Aunque nos quede el mar inmenso para mirarnos en él y las odas blancas de los poetas y nuestra forma de vivir. A mí me duele Cádiz y me duelen cosas aparentemente menos trascendentes pero que dicen mucho de la ciudad y sus gentes.

Cien años de El amor brujo, pieza inmortal de la música española. En la ciudad de Cádiz, de tan malísima memoria, se olvida a Manuel de Falla y se ensalza a cualquier juntaletras del Carnaval. Y conste que aprecio la considerada fiesta mayor gaditana y algunas de las voces que la dignifican y que componen una sutil canción de Cádiz de variados matices. Pero ¿Y Falla que naciera gaditano para su desdicha? Aunque el gaditano nazca donde le da la gana y el granadino, porque muchos creen que Falla es granadino y no gaditano.

¿Quién me ha robado el mes de abril? se preguntaba Sabina. ¿Quién nos robó a Falla? me pregunto yo en este mes de abril, a cien años y unas horas del estreno de El amor brujo. La respuesta es clara. Esa desidia que nos corroe en la que siempre los culpables son los otros.

Esta realidad no se crean que va a cambiar con el cambio de régimen o de política. Algunos venimos ya de vuelta. La cultura en Cádiz será siempre cosa secundaria. Con el Kichi o sin el Kichi, con la Teo o sin la Teo. Cambiarán las castas pero lo que nunca dará votos será hacer de Cádiz una ciudad que vaya más allá de los tópicos y que sea consecuente con su historia y su legado. Esto ya lo dijo Fernando Quiñones hace mucho. ¿Alguien se acuerda de su demoledor artículo contra el excesivo protagonismo del Carnaval en la ciudad? Yo no me canso de citarlo. Se titulaba Carnavales y lo publicó Diario de Cádiz un 17 de febrero de 1997.

El Carnaval conforma nuestra identidad pero no puede ser nuestra única referencia. Y esto ha ido a más desde aquel artículo de Quiñones. Con Teófila Martínez como alcaldesa el Carnaval ha seguido potenciándose y tenemos Carnaval todas las épocas del año. Contra Teófila a los autores de Carnaval, a los beneficiarios de la fiesta popular, les ha ido muy bien. Veremos a ver qué pasa si hay cambio de régimen.

¿Y Falla? Bueno, ha quedado como algo residual. Ni un monumento decente tiene en la ciudad trimilenaria. Aunque lleve su nombre la mejor librería de Cádiz que regenta Juan Manuel Fernández. Y haya un teatro a su nombre que muchos sólo pisan durante el Concurso de Agrupaciones. Pero a nadie le interesa recuperar para Cádiz al músico universal, cuyos restos reposan en la cripta de la Catedral. Estamos más pendientes de si el Despojado va o no a paso de horquilla -la parte casposa de la Semana Santa- o de si ese Cádiz oe asciende a Segunda División -cosa que estaría muy bien- pero la ciudad no se merece tanto desprecio hacia quienes realmente la han hecho grande, rica y culta, universalmente grande, rica y culta.

6 Comments

  1. Ana Mayi el 15 abril, 2015 a las 18:39

    Gema León Ravina cita en su libro «Manuel de Falla y Cádiz» que Ernesto Halffter decía que «Cádiz podría llegar a ser gracias a Falla, lo que Salzsburgo y Viena respecto a Mozart y Schubert». Pero no lo hemos sabido hacer.



  2. ana mayi el 15 abril, 2015 a las 18:44

    Gema León Ravina cita en su libro «Manuel de Falla y Cádiz» a Ernesto Halffter cuando dice que » Cádiz podría llegar a ser gracias a Falla, lo que Salzsburgo y Viena respecto a Mozart y Schubert» No lo hemos sabido hacer.



  3. Óscar Cantero Puyana el 19 abril, 2015 a las 15:02

    Coincido con Luis García en que Falla merece más. Cierto es, como bien señala José Antonio, que existe un festival que lleva su nombre, al igual de que el Gran Teatro y la camerata, pero no lo es menos que su figura merece un reconocimiento que trascienda el nomenclátor.
    Particularmente, creo que dar a conocer de manera efectiva su obra y su significado, sobre todo entre las generaciones venideras, sería un homenaje y reconocimiento más valioso que cualquier rótulo en una calle, que también es justo y necesario que lo tenga. En cualquier caso, creo que el mayor honor que se le puede hacer a una persona, es inmortalizar sus creaciones, asegurarse de que su obra se mantiene viva a través de sus conciudadanos.