2018 · Dalya

"La noche gaditana de Jean Cocteau"

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PRESENTACIONES

La presentación de La noche gaditana de Jean Cocteau tuvo lugar el 24 de abril de 2019 en el Espacio Quiñones de Cádiz y contó con la presencia de Ignacio Arrabal, Blanca Flores y Eduardo Formanti. El broche musical lo puso Fernando Lobo.

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Otra de las presentaciones especiales de La noche gaditana de Jean Cocteau tuvo lugar en Arcos de la Frontera a donde el eximio francés fue llevado en su ruta gaditana y veraniega de 1960. Se le obsequió con una accidentada representación teatral en el Castillo. A todo ello sumar la relación del poeta José Manuel García Gómez con los poetas de Arcos. Compartimos audio de dicha presentación y algunas fotos.

RESEÑAS

"En La noche gaditana de Jean Cocteau, un libro a caballo entre la ficción y el ensayo, Luis García Gil viaja al Cádiz de 1960 cuando su padre, el poeta gaditano José Manuel García Gómez, conoció a Jean Cocteau, poliédrica figura de la cultura francesa, invitado a los Cursos de Verano que la Universidad de Sevilla celebraba en la capital gaditana.

La noche gaditana de Jean Cocteau es un relato poético de voces entrecruzadas que viaja del París de los años 20 al Cádiz de los años 60. Una foto, en la que posan el argentino Mario Norberto Silva, Jean Cocteau y José Manuel García Gómez, impulsa las claves de este relato que no se parece a ningún otro por lo que tiene de memoria habitada y de reconstrucción personal y literaria.

Como en un bucle infinito el relato vuelve una y otra vez al Cádiz de los años 50 intentando recuperar las conversaciones, las sensaciones, los pensamientos perdidos. He disfrutado inmensamente de este libro. Porque habla de gente a la que conocí o de la que sé de oídas (gentes de aquí y de allá, como Fernando Quiñones, Pilar Paz Pasamar, Luis Eduardo Aute, Miguel Martínez del Cerro, Rafael Guillén, el Cojo Peroche, Miles Davis, María Casares, Edith Piaff, Jean Marais, Francisco Umbral, Luis Miguel Dominguín…); porque entiendo y comparto el gesto salvador de Luis; porque todo el libro rebosa interés, amenidad y curiosa documentación, y porque está excelentemente escrito, con delicada y sencilla transparencia".

Ana Sofía Pérez Bustamante, en Revista Hispano Americana (2019)

"El libro es totalmente original a varias puntas; desde la voz narradora hasta la proeza de hacer surgir todo un mundo desplegado a partir de una sola fotografía. Aunque liberado de un orden cronológico, el relato tiene mucho más de crónica y de ensayo que de ficción. Esta última sólo se vislumbra en los intersticios de hechos concretos pertenecientes a una realidad pasada y comprobable. Todo cuidadosamente documentado. El autor sólo se permite jugar con la imaginación en detalles, gestos, posibles actitudes, circunstancias de un acontecimiento o de un encuentro. Pero la imaginación se ciñe con rigor a lo plausible, a lo que sería coherente con el momento y los personajes que lo han vivido.

Parece claro que Luis García Gil ha logrado rescatar del olvido colectivo a esos dos poetas que aparecen en la fotografía junto a Jean Cocteau, uno su padre, el gaditano José Manuel García Gómez, y el otro un argentino, de nombre Mario Norberto Silva, Pero también lo hace, a lo largo de toda la obra, con muchos otros artistas, por cierto con mérito de ser recordados, por los cuales pregunta, más bien interpela ¿Qué ha sido de tal o cual? Y aún me parece que, sin decirlo en forma explícita, no deja de señalar la veleidad de la fama, que toca a uno u otro, muchas veces por hechos fortuitos, que, aunque se agreguen a indudables merecimientos, son capaces de definir un destino en el reconocimiento público.

También aparecen en el libro artistas sujetos a los vaivenes de la política, al castigo de quienes los consideran para siempre “impuros” por haber hecho o no hecho tal o cual cosa en determinada circunstancia histórica. Como si la persona, o la actitud del artista, cuestionables o no, pudieran ir en desmedro de su arte. Pemán, Breker, el propio Jean Cocteau. ¿Quién puede de buena fe poner en duda el valor de su creación artística por cualquier otro motivo ajeno a la misma?

En suma, el libro, sin pretenderlo, va más allá de lo circunstancial y anecdótico, y de la información, rigurosa, documentada, en muchos casos poco conocida, acerca de acontecimientos fundamentales de un período especialmente interesante de la historia del arte. El relato inocente de un célebre encuentro plasmado en una foto, entre tres artistas que comparten la noche gaditana, contiene mucho más de lo que de antemano pudiera parecer".

Mireya Soriano, escritora

"Sucesión desbocada de citas, de datos, de sensaciones, de olvidos, de memorias. Acabo mi relectura y cierro el libro. Imposible una catalogación genérica. Imposible una definición concreta. ¿Prosa poética? ¿Poesía en prosa? ¿Textos líricos? ¿Novela poética? ¿Biografía libre? ¿Ficción biográfica? Me rindo. Quizás la mejor conclusión sea reconocer que Luis García Gil ha logrado transmitir con su obra la dramática gravedad del tiempo que atenaza al ser humano –“morir para despertar del sueño”-, al mismo tiempo que también ha sabido recuperar el retrato exacto de su padre, de Cocteau y de ese Cádiz antiguo que puede que nunca haya existido. Quizás como Cocteau. Quizás también como su padre. O, quizás, incluso, como él mismo. Porque la memoria es tan débil y ficticia como esa fotografía que se apoya sobre la mesa de un estudio cualquiera".

Rafael Roblas, en Estado Crítico

ENTREVISTAS

HAN DICHO 

"(…) Luis García Gil va a firmar en la tarde de hoy. en la librería Manuel de Falla, de la plaza Mina. Luis ha escrito libros en el último año sobre Marisol, Carlos Saura, Ana Belén y Víctor Manuel… Es prolífico y riguroso. Pero sobre todo ha escrito un gran libro: La noche gaditana de Jean Cocteau. Narra el viaje de Cocteau a Cádiz en 1960, cuando lo conoció su padre, el poeta José Manuel García Gómez. El artista francés vino para los Cursos de Verano que la Universidad de Sevilla organizaba en Cádiz. Cocteau era escritor, pintor, cineasta, diseñador y hasta ocultista. Vino en el franquismo, cuando todavía no traían a los colegas de Podemos. El libro también sirve para conocer mejor al poeta gaditano José Manuel García Gómez. Su hijo Luis siempre se esfuerza para que la pátina del tiempo no sea la del olvido. Con estos libros vemos que se puede escribir en Cádiz y no estar loco. Y sin mirarse el ombligo, con una ventana al mundo".

José Joaquín León, "Gaditanos y universales" en Diario de Cádiz (3 enero, 2019)

"Cuando fotografié esa fotografía para el documental En medio de las olas, no sospeché la profundidad que tenía. Luis García Gil nos libera de esa falsa bidimensionalidad, atraviesa la capa de sales de plata y nos sumerge en un universo lleno de vidas, sueños y memorias cruzadas, donde se hermanan Panamá Brown y Kid Betún o donde comparten página André Breton y Carlos el legionario. Está Cocteau, está José Manuel García Gómez, está Cádiz. Pero también una legión de personajes que acuden a estas páginas y que salen del gran cajón del extraordinario diletante que es Luis García Gil".

Pepe Freire, cineasta

"La noche gaditana de Jean Cocteau, un libro para saborear. Poesía llama a poesía. Vida que da vida. Historia de nuestra historia. Lo que da de sí una fotografía en blanco y negro. Bello y valiente, Luis García Gil".

José Rasero Balón, escritor (Facebook)

"La noche gaditana de Jean Cocteau, hay que ver lo que da de sí una foto. Un azote de poesía hecha prosa. Ayer lo leí de un tirón, su lirismo no da tregua. No puedes interrumpir su lectura y seguir en otro momento, no. Quedas atrapado en él y ya está, sin escapatoria posible. Con la excusa (¡bendita!) de una foto, fechada en 1960, de su progenitor con Jean Cocteau y el poeta argentino Mario Norberto Silva, Luis García Gil habla de su padre, como si fuera él mismo, y se habla a sí mismo (en el más puro sentido machadiano) preguntándose por su padre, por la vida de aquellos que tanto fueron. El latido más hondo palpita en sus páginas donde hay dolor y belleza a un tiempo, como en “Mortal y rosa” de mi amado Umbral".

Antonio Marín Albalate, poeta (Facebook)

"Un libro lleno de memoria y poesía. No era fácil, amigo Luis, y has escrito un libro bellísimo".

Ignacio Arrabal, escritor (Facebook)

"Tres hombres en una noche gaditana de 1960. El fotógrafo que los fusiló con su luz no sabía, o quizá lo sabía, que con el tiempo acabaría ilustrando un libro de memorias, una cosa entre la novela, el ensayo o el homenaje escrito por un hombre empeñado en no dejar morir nada  ya sea el recuerdo de un padre poeta, de un poeta hispanoamericano perdido en el tiempo o en la lejanía o el recuerdo de un mito francés. Luis García Gil nos explica el Cádiz y la España de aquellos años en los que las cosas eran innombrables. Cocteau vino a Cádiz invitado por los Cursos de Verano de la Universidad de Sevilla. Pero no es este un libro de anécdotas, sino un libro hondo, donde se perciben nuestros heroísmos, nuestras pasiones y nuestras desidias individuales y sociales. Nombres de poetas queridos. de autoridades olvidadas, de seres anónimos y dolientes transitan este libro que se levanta de una fotografía, de la fotografía de tres hombres…".

Pedro Sevilla, poeta

"Una vieja fotografía puede contener el mundo. Puede alzarse como pretexto ineludible para reconstruir una historia de amistad, música, vino y literatura en una noche de fiesta que acaba por marcar un hito, que termina por constituirse en leyenda. En 1960, el polifacético y complejo artista, escritor y cineasta Jean Cocteau visitó la capital gaditana. Iba a inaugurar el XI Curso de Verano de la Universidad de Sevilla en Cádiz.

El entonces joven poeta gaditano José Manuel García Gómez (Cádiz, 1930-1994) fue uno de los encargados de servir de cicerone al escritor francés y, como mandaba la ocasión, se fotografió con él y con el también poeta argentino Mario Norberto Silva. Los dos jóvenes escritores, que participaban asimismo en los cursos de verano, habían trabado una amistad que se mantendría durante varios años por correspondencia. Los dos admiraban al maestro francés y en la instantánea se reconoce la exultante satisfacción de García Gómez y la apocada perplejidad de Silva.

Luis García Gil construye en La noche gaditana de Jean Cocteau una narración que mantiene un delicado equilibrio entre el ensayo y el relato de ficción, trufada de anécdotas, referencias literarias y evocadoras reconstrucciones históricas que tienen como centro aquella noche de farra simbólicamente representada por la vieja fotografía del álbum familiar.

Es también este libro el resultado de una doble fascinación: la que siente García Gil por el «creador absoluto y apasionado a la manera de los artistas del Renacimiento» que fue Jean Cocteau, «un espíritu libre» que no quiso «alistarse en ninguna bandera, en ningún credo estético»; y por encima de todo, la que el escritor gaditano siente por la figura de su padre como poeta y como hombre, como ser humano al que trata de comprender en su complejidad y en sus contradicciones, al que ama por encima de todas las cosas, al que perdió demasiado pronto, del que apenas pudo despedirse.

Es también La noche gaditana de Jean Cocteau un vigoroso fresco del Cádiz de posguerra. Entre las páginas del libro toman cuerpo viejos personajes conocidos de la «ciudad trimilenaria», como recurrentemente la denomina García Gil: «locos del viento», boxeadores metidos a limpiabotas, bohemios fotógrafos, bailaoras, cantaores y viejas glorias locales. Asoma el Cádiz de los años 50 con sus almibarados cafés ya desaparecidos, con su tosca clase media, sus tertulias literarias, con sus pequeñas alegrías y sus enormes miserias.

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Pero, sobre todo, La noche gaditana de Jean Cocteau es un libro muy personal, quizás uno de los más personales del autor. En él se rastrean muchas de las aficiones de García Gil: su amor por la música, por ejemplo, con referencias múltiples a Luis Eduardo Aute, sobre el que ha escrito e investigado largamente. También su pasión por la poesía, por esos poetas casi desconocidos, como Mario Norberto Silva, de los que rescata un poema valioso o un puñado de versos dignos de ser recordados.

Y por supuesto el cine que tanto ha frecuentado Luis García Gil como espectador, estudioso y escritor. Están las películas de Cocteau desde luego, pero también las de algunos de sus cineastas más admirados, como es el caso de François Truffaut. El autor consigue conectar todas estas referencias para construir su propia imagen de Jean Cocteau mientras establece un paralelismo con diferentes momentos de la vida de su padre. Luis García Gil se mira en ese espejo en el que «uno muere un poco cada día».

La noche gaditana de Jean Cocteau es un intento de conjurar el tiempo, de traer al presente el calor de los seres queridos, familiares o literarios, que se fueron para siempre porque los vivos recuerdo siguen ahí y sigue ahí «la foto que lo contiene todo: el tiempo de posguerra, el aguacero en París, los barrios porteños, la alegría desatada en las guitarras flamencas".

María Ángeles Robles, en Diario de Sevilla