Movellán en el recuerdo
Las crónicas post mortem no habrán de contarlo. En la muerte del fotógrafo Ángel García de Movellán marcha un fragmento de la historia de mi padre, tan vilipendiado por cierta memoria oficial y literaria de la ciudad de los tres mil años de historia. Mi padre, el poeta José Manuel García Gómez, y Ángel Movellán, fueron uña y carne de un tiempo pretérito. El propio Ángel fue testigo de cómo mi padre salvó de la demolición al Arco de la Rosa, según contara también Fernando Quiñones. Ahora que tanto se habla de patrimonio de la ciudad conviene recordar la gesta del poeta en ese Cádiz de posguerra que Movellán recorrió con su mirada fotográfica y bohemia. En cierta ocasión mi padre le entrevistó para Diario de Cádiz y Movellán se presentaba a los lectores como escultor.
Nadie hará referencias a ese pasado donde se fundan ciertas historias, a esa historia íntima del personaje que trabajó con José Manuel García Gómez en una guía sobre Cádiz que publicó Everest, editorial leonesa. Aquella guía marcó indudablemente un antes y un después en las guías que se escribieron sobre la ciudad y contó con la aportación fotográfica de Movellán. Aquella guía con mi padre generó multitud de historias. Cabe imaginar a Movellán a finales de los años sesenta subiendo por una de esas cuestas empinadas de algún pueblo blanco gaditano. En busca de ese rincón de plástica sugerencia que terminaría siendo parte de aquella guía de Cádiz que aún hoy puede encontrarse en más de una librería de viejo.
Hoy algunos sentimos la ausencia de Movellán y no escribimos de oídas, cosa muy propia de cierto periodismo local de urgencia. Lo echaremos de menos por las calles de Cádiz, siempre a la contra, interpretando a su modo la mudable realidad política y social. Me quedo con el cariño que siempre me demostró en lo personal y en lo familiar. La foto de Movellán que acompaña estas líneas se la hizo Fernando Fernández -otro gran fotógrafo gaditano- hace apenas un mes en un acto que tuvo lugar en el Colegio Argantonio. Descanse en paz el bueno de Ángel.