Serrat en El Faro

Esta foto me la cedió Gonzalo Córdoba para el libro Serrat y Sabina a vista de pájaro en el que se tocaba muy superficialmente la relación de Serrat con el buen yantar. El restaurante El Faro de Cádiz fue siempre parada obligatoria para el cantautor catalán tras esas noches de éxito apabullante en El Cortijo de los Rosales o en el Teatro José María Pemán, escenarios que forman ya parte de la memoria de un Cádiz irrecuperable, de latidos y sonidos muy particulares recorriendo los rincones del Parque Genovés.
Serrat cantó un domingo 15 de septiembre de 1974 en El Cortijo de los Rosales en doble sesión, que es lo que se llevaba entonces. A mi madre debía yo pesarle en el vientre, el año que el cantautor grabó «De parto»: «Se le hinchan los pies/ el cuarto mes le pesa en el vientre…». Su recital incluía una primera sesión de tarde y otra de noche que comenzaba a las once. Seguramente aquella noche terminó Serrat en El Faro degustando la riquísima gastronomía gaditana, esas tortillitas de camarones que Gonzalo Córdoba -dueño del restaurante- le ponía por delante.
La instantánea refleja uno de esos ágapes o descansos del guerrero que venía de haberlo dado todo ante una audiencia entregada. Recupera la imagen de un Serrat juvenil con camisa abierta y mirada luminosa que ya había comparado al mar con una mujer perfumada de brea y había retratado con indudable maestría la odisea de un pueblo blanco colgado de un barranco. Con Serrat están en la foto el citado Gonzalo Córdoba, el periodista Juan Manuel Pedreño y Manolo Martín de Mora cuyo padre regentaba el Cortijo de los Rosales.
Yo siempre estaba en esos conciertos, siempre.